Estamos habituados a que los conflictos legales sean abordados desde una perspectiva estrictamente normativa, encomendando a un tercero (juez o árbitro). Un ajeno a las partes que resuelva la disputa aplicando al hecho concreto las Leyes. Pese al riesgo de que su interpretación de los hechos conlleve una sentencia injusta. Una mirada sistémica resultaría más afín a las pretensiones de ambas partes.
El derecho sistémico surge como una alternativa revolucionaria y transformadora en el ámbito de los conflictos legales. Se trata de un enfoque basado en los principios de la terapia sistémica y de las constelaciones sistémicas. Busca comprender los vínculos y dinámicas profundas que subyacen a los conflictos legales.
En el contexto de los procesos de divorcio, la mirada sistémica permite soluciones más humanas y armoniosas. Toma en cuenta no sólo la visión legal del conflicto, sino también las necesidades emocionales derivadas de una ruptura matrimonial o de pareja.
La mirada sistémica en el conflicto legal
El Derecho Sistémico parte de la premisa de que las relaciones humanas, especialmente dentro de una familia, funcionan como un sistema interconectado. A diferencia del enfoque tradicional, que aborda los conflictos de manera lineal (causa – efecto), el enfoque sistémico considera las interacciones entre los diferentes miembros del sistema familiar y cómo las influencias recíprocas pueden perpetuar o resolver un conflicto.
Inpirado en las constelaciones familiares de Bert Hellinger, esta mirada sistémica tiene como objetivo identificar los desórdenes sistémicos que pueden estar en la raíz de un conflicto legal. Estos desórdenes pueden manifestarse como lealtades invisibles, roles mal asignados o cargas emocionales heredadas que afectan las decisiones y comportamientos de las personas involucradas.
En los procesos de divorcio, reconocer estas dinámicas ocultas puede ser clave para alcanzar una solución más equilibrada y menos traumática.
El Divorcio
El divorcio no es sólo la extinción legal de un vínculo matrimonial, sino también la disolución de un sistema familiar tal como ha sido conocido. En este contexto, el Derecho Sistémico invita a explorar las dinámicas subyacentes que pueden estar obstaculizando una resolución pacífica.
En lugar de centrarse únicamente en los aspectos legales (reparto de bienes, custodia de los hijos, pensiones, etc.), se considera cómo las emociones no resueltas, las expectativas incumplidas y los patrones familiares heredados influyen en el conflicto.
Un proceso de divorcio tradicional puede exacerbar los conflictos, al centrarse en la lucha por los derechos y las obligaciones que atañen a cada parte. Por el contrario, una mirada sistémica busca integrar las emociones y necesidades de todas las partes.
Por ejemplo, en lugar de tratar un desacuerdo sobre la custodia como una simple disputa legal, en Derecho sistémico investigaría si existen lealtades inconscientes hacia alguno de los padres.
Beneficios del Derecho Sistémico en los Procesos de Divorcio

1.Resolución integral y duradera:
Al identificar las raíces emocionales y sistémicas del conflicto, se evita que los problemas resurjan, creando una solución más estable y sostenible en el tiempo.
2.Reducción de la contienda judicial:
Los litigios prolongados desgastan a las partes involucradas y perpetúan el conflicto. Un abordaje sistémico puede facilitar acuerdos tempranos y menos conflictivos, reduciendo el tiempo y los costes legales.
3.Protección del bienestar infantil:
En muchos procesos de divorcio, los hijos son los más afectados por el conflicto, convirtiéndose incluso, en no pocas ocasiones, en una moneda de cambio para negociar intereses individuales. Al abordar los desórdenes sistémicos, se promueven acuerdos que buscan proteger la estabilidad emocional de los hijos, evitando que estos se conviertan en un campo de batalla o en intermediarios emocionales.
4.Empatía y comunicación abierta:
El enfoque sistémico fomenta el entendimiento mutuo y el reconocimiento de las heridas emocionales de cada parte. Esto promueve la empatía y la disposición para encontrar soluciones colaborativas, en lugar de insistir en posiciones rígidas y defensivas.
5.Transformación personal y familiar:
Más allá de la resolución legal del conflicto, el proceso sistémico puede ofrecer una oportunidad para que los involucrados reflexionen sobre sus propios patrones de comportamiento, permitiendo una transformación personal y familiar más profunda.
Cómo se aplica el Derecho Sistémico en el proceso de divorcio

1.La Mediación Sistémica:
Un mediador con formación en derecho sistémico, o con un soporte profesional en dicha herramienta, facilita el diálogo entre las partes, ayudándoles a identificar dinámicas ocultas que están interfiriendo en el proceso de resolución. Este tipo de mediación va más allá de la negociación de términos legales y aborda las emociones, expectativas y heridas subyacentes.
2.Sesiones de Constelaciones Familiares Sistémicas:
En algunos casos, se pueden realizar sesiones de constelaciones familiares, donde se exploran los roles y lealtades inconscientes dentro del sistema familiar. Estas sesiones tienen un enorme potencial que permite visualizar y reordenar las dinámicas ocultas, liberando a los miembros de cargas emocionales inconscientes que puedan estar afectando su capacidad de tomar decisiones en el proceso de divorcio.
3.Asesoramiento jurídico con mirada sistémica:
Un abogado con formación en derecho sistémico, o con un soporte profesional en la materia, puede utilizar preguntas y reflexiones que inviten a su cliente a mirar más allá del conflicto inmediato, explorando posibles desórdenes familiares que están incidiendo en el caso. Esta perspectiva puede conducir a soluciones más satisfactorias y menos destructivas para todas las partes.
Conclusión
El Derecho Sistémico no reemplaza las herramientas tradicionales del Derecho para resolver un conflicto legal, sino que las complementa, ofreciendo una visión más holística y humanista. En el contexto de los divorcios, donde las emociones y las relaciones juegan un rol crucial, este enfoque permite alcanzar acuerdos más equilibrados y sostenibles. Al considerar las dinámicas profundas y sistémicas del conflicto, se promueve una separación menos traumática y se facilita un cierre emocional y relacional que puede beneficiar a todos los involucrados.
En definitiva, la mirada sistémica nos recuerda que todo conflicto legal es un conflicto emocional, que detrás de cada proceso legal hay personas, emociones e historias entrelazadas. Al incorporar esta comprensión en los procesos de divorcio, se abren nuevas posibilidades para una justicia más empática, comprensiva y transformadora.

Abogado colaborativo sistémico, mediador y coach jurídico, con enfoque en el Derecho Sistémico y la práctica consciente de la abogacía. Consultor organizacional y terapeuta en constelaciones sistémicas y PNL, acompañando procesos de transformación personal y profesional desde una mirada integral.