El imparable cambio de paradigma en la justicia desde una visión sistémica

El cambio y las resistencias

Es necesario comprender que, tarde o temprano, en cualquier ámbito de relaciones humanas, los cambios acontecen, suceden, se producen, y ello a pesar de cualquier resistencia que, de hecho, limita el desarrollo y evolución de todo sistema social.

Es evidente que nada permanece, que todo se halla en constante cambio, y ello implica la necesidad de tomar conciencia de que hay que salir de las ideas de control de la situación, de que todo es lineal y de que todo cambio puede ser domado por las creencias e ideales que han sostenido un determinado status quo.

Afirmaciones como “Esto siempre se ha hecho así”, “Las cosas son /se hacen así”, “Es la costumbre hacerlo así” y cualquier otra similar, son resistencias salvables desde una mirada sistémica del cambio, desde una visión comprensiva y de aceptación, incluso de agradecimiento, pero que a su vez debe ir acompañada de un movimiento disruptivo, de una acción, para lograr una evolución.

Estas resistencias son actitudes de lealtad inconsciente a los sistemas a los que pertenecemos: para seguir perteneciendo a ellos nos resistimos a acoger los cambios que suponen una alteración de las creencias y valores en cuyo marco sobreviven. Adoptamos actitudes y modos de interactuar fieles al sistema, con el fin de lograr su aprobación, lo cual garantiza seguir perteneciendo a ellos: repetición de conductas o patrones, costumbres, hábitos, propensión a enfermedades, rupturas de parejas, fracasos empresariales, dificultades en el trabajo; en definitiva, en cualquier aspecto de nuestras vidas.

Una mirada sistémica del sistema judicial

Para impartir justicia, la sociedad se ha dotado de sistemas específicos. En el ámbito jurídico, nos encontramos con todo un conjunto de personas y organismos que configuran un determinado sistema, el sistema judicial, dotado de creencias, valores, normas y estructuras organizativas en virtud de todo lo cual opera y se desarrolla. Así, Jueces, Magistrados, Abogados, Procuradores y, en definitiva, juristas de toda índole, así como profesionales afines (funcionarios, forenses, personal de instituciones penitenciarias…) e incluso sus órganos de gestión y gobierno (Colegios de Abogados, Consejo General del Poder Judicial, Tribunales…) configuran ese sistema social y para seguir perteneciendo hay que ser leales al mismo.

La visión sistémica aplicada al ámbito jurídico implica el reconocimiento de ese sistema tal y como ha evolucionado y desarrollado en cada momento, así como de su papel en la aplicación de la justicia. Pero, del mismo modo, también supone un acto de reciprocidad por parte de sus integrantes, es decir, significa también una apertura al cambio, una disposición a explorar nuevos caminos para equilibrar justamente un conflicto legal.

Y ello se corresponde con la adaptación al cambio al que inicialmente me he referido. Estamos inmersos ya en un cambio de paradigma en la resolución de los conflictos, todo y las resistencias, todo y el “establishment”. Para una evolución del sistema de implantación de justicia y, en definitiva, de resolución de conflictos, es imprescindible que los operadores jurídicos tomen conciencia de la necesidad de cambio en la mirada del conflicto, contribuyendo de este modo a cumplir con su deber de conducir a las partes en conflicto a la paz y a la reconciliación, de manera armónica y amorosa.

El camino del cambio de paradigma

La posibilidad de cambio está dentro del propio sistema, depende de la postura de sus integrantes y de las dinámicas que adopten en la gestión de los conflictos. Esta postura consiste en dejar de dar fuerza a las resistencias, simplemente reconociéndolas, asumiendo su existencia, confiriéndoles el valor y respeto que merecen y aprobándolas por sostener una necesidad que el entorno social ha requerido en cada momento vital. 

Esta aceptación es lo que da la fuerza y el impulso para dar el primer paso hacia un posible cambio. A partir de ahí, cabe reflexionar acerca de diferentes cuestiones:

  • ¿Por qué mantenerse en una misma dinámica conductual cuando lo que la vida nos muestra nos impulsa a otro modelo de actuación? Dicho de otro modo: ¿por qué seguir acudiendo al modelo tradicional de impartir justicia cuando este nos muestra su incapacidad de solucionar la verdadera raíz subyacente del conflicto? ¿Realmente una resolución judicial soluciona un conflicto?
  • ¿A quién o a qué estamos siendo leales manteniéndonos en una misma dinámica de actuación y nos impide avanzar como sistema y como sociedad?
  • ¿Acaso somos capaces de tomar conciencia y percibir que algo nos impulsa a hacer las cosas de diferente manera como modo de estar en paz con nosotros mismos y como una aportación a una sociedad mejor?

Reflexionar acerca de estas preguntas y responderlas nos pone en el camino del cambio, pues algo se mueve en nuestro interior que hace surgir un pensamiento, una emoción, una necesidad de actuar y de ponernos en marcha hacia otros senderos más livianos. Posiblemente, haya reminiscencias de sufrimiento y dolor, o incluso afloren miedos y temores, pues todo cambio importante implica dejar atrás mucho esfuerzo, tiempo y sacrifico y, sobre todo, ser desleal al sistema. Pero es necesario confiar en lo que la vida nos pide a gritos.

Se trata, en definitiva, de asumir la responsabilidad de lo que Bert Hellinger conceptuó como la mala conciencia, es decir, ser consciente de que somos “culpables” de ser diferentes y hacer las cosas de modo distinto a como se venían haciendo.

Dar el paso sin dejar de pertenecer

Los abogados y jueces, principalmente, somos los llamados a dar ese paso necesario para dejar atrás la manera tradicional de resolver conflictos y a quienes lo hicieron así, honrándoles y dejando sus vidas con ellos y tomando las riendas de las nuestras propias.

En cualquier caso, siempre perteneceremos al sistema, siempre seremos uno de sus integrantes, aunque hagamos las cosas diferentes; no mejor, sino en sintonía y armonía con lo que el cambio comporta, con el cambio permanente de todo lo que es. 

Enric Soriano i Ortín

Abogado sistémico

por | Mar 15, 2024 | Derecho Sistémico